Trujillo es la capital de la región La Libertad, bautizada como la “Ciudad de la eterna primavera.” Desde su fundación en 1534, se convirtió en una importante ciudad de desarrollo colonial, republicano y moderno en el Perú. En el Valle de Moche se asentaron los mochicas y los chimús, sobre todo en las costas de Chan Chan. Su riqueza marítima y la del valle ofrecieron las mejores condiciones para que sus civilizaciones florezcan en el ámbito económico, militar, religioso y cultural.
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Trujillo, ciudad de espléndidos monumentos erigidos durante la colonia e inicios republicanos, tiene impactantes y lujosas casonas de llamativos colores pastel que se lucen magníficamente. La arquitectura destaca: balcones, portadas, espaciosos zaguanes y notables ventanas enrejadas.
Dentro de la “Ciudad de la eterna primavera”, se puede decir que coexisten varios paradigmas en un mismo espacio geográfico. Su exquisita combinación arquitectónica colonial y moderna, se ve enmarcada por suntuosos templos precolombinos, otorgándole una prestancia a la altura de otras grandes urbes del mundo. A pocos minutos de la capital, se encuentra Chan Chan, la ciudad de barro más extensa del mundo antiguo (24 km cuadrados). También muy cerca de allí, se extienden las espléndidas huacas de Sol, la pirámide de barro más grande del Perú, y de la Luna, con artísticos dibujos de sus principales deidades en las paredes. Y al norte, el complejo arqueológico El Brujo sorprende por los tatuajes de arañas y serpientes estilizadas en los brazos, piernas y rostro inertes de la llamada La Señora de Cao.